~Tengo muchisimas ganas de desaparecer. De dejarlo todo, absolutamente todo, colgado. Irme sin avisar a nadie. Irme sin cerrar mis temas pendientes. Irme sin decir a dónde. Irme. Tengo ganas de dejar de hacer las cosas que siempre hago. Esas cosas que nadie, absolutamente nadie, Dejar de hacerlas porque si. Quizás para probarme a mí mismo que la única manera de gritar: ‘¡Estoy acá! ¡MIRAME!’ es dejando de estar. Quizás para probarte que no estoy programado para escucharte, ni para llamarte, ni para animarte, ni para obedecerte, ni para divertirte, ni para aguantarte. Quizás porque todo eso lo hago a diario por propia voluntad. Quizás porque he dejado de querer hacerlo. Quizás porque crees que no te importa que haya dejado de querer hacerlo. Tengo la absurda creencia de que si me tapo los ojos, y no veo, NADIE me verá.Si no sé nada de ti, tú me echarás de menos. Si me callo, me hablarás. Si dejo de ayudarte, pedirás ayuda. Si dejo de quejarme, me tratarás como yo quiero. Si dejo de buscar, te encontraré. Tengo la absurda creencia de que cuando desaparezca, no habrá nadie capaz de llegar a dónde yo llego, ni de hacer lo que yo hago. Sé que eso no es cierto, siempre me podrás sustituir. Y aunque sé que ni hoy ni mañana lo notarás. Los papeles se pueden acumular encima de la mesa. Las llamadas se pueden acumular en el contestador. Las citas se pueden posponer. Las promesas se pueden alargar.. Que hoy ni mañana… Pero, ¿Qué me decis de pasado mañana? ¿De la semana que viene? Un día, algún día, mirarás hacia atrás y te preguntarás qué es lo que ha cambiado. Por más que me hayas olvidado. Por más que me hayas ignorado. Por más que te lo niegues…me echarás de menos. Hay cosas que sólo yo sé hacerlas. Que sólo yo se hacerlas, como las hago: ni mejor ni peor, a mi manera. A la manera a la que te he acostumbrado. Y ese día, por más que lo intentes, no podrás recordar cómo desaparecí, ni cuando… y desde luego, no sabrás dónde estoy ni cómo buscarme.-
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